NOHORA TRIGOS: UN LEGADO FOLCLÓRICO Y CULTURAL DE LA REGIÓN DEL RÍO META.
Por: Apolinar Beltrán Villazón

Para algunas generaciones de puertolopenses y foráneos, tal vez, no represente nada el escuchar el nombre de «doña Nohora Trigos», pero quienes la conocieron en Puerto López y sus alrededores -y conocemos- sabemos que desde muy joven fue una mujer comprometida, luchadora y conocedora en temas de cultura, folclor, gastronomía y narrativas del llano.
«Doña Nohora» nació en Barranca de Upía un primero de agosto de 1942, arribó al caserío de Puerto López muy pequeña en conjunto de algunos familiares, allí aprendió, como saber ancestral, de asistencias sobre parto, y atendió cientos de nacimientos de manera gratuita (el servicio médico era precario en este caserío), oficio y servicio respetado que la convirtió en una matrona de muchos que nacieron bajo sus cuidados con el aprecio y cariño de sus progenitores, para la década de los setenta. Navegó por muchos años, junto con su compañero de vida, en las aguas del río Meta y sus afluentes en barcos de mediano tonelaje. Ejerció por mucho tiempo la modistería de donde provenían sus ingresos, alternando sus labores de costura, lencería y «esculturas llaneras». Siempre se declaró una liberal de tiempo completo y «admiradora» de ciertos personajes de la «revolución de 1948» por su ayuda y defensa al pueblo de los Lanos, para la época de 1990 y siendo una líder liberal municipal ocupó la dirección de la Casa de la Cultura, en la administración del alcalde Eduardo Neira Herrera, donde, entre muchas actividades, llevó y promocionó la música llanera a cada uno de los rincones de ese municipio, realizó el Primer Salón de Arte Regional en la Casa de la Cultura, impulsó de manera decidida el festival de las Colonias por muchos años, fue instructora de modistería, arte quiteño, porcelanicrom, lencería y chimeneas navideñas en varios municipios del Meta y del Casanare.
Publicó en 1996, el curso básico de modistería del desaparecido CENTRO DE CAPACITACION MUNICIPAL DE VILLAVICENCIO. Como impulsora del arte Llanero, fue fundadora y Gerente de la Cooperativa de Artistas y Folcloristas del Llano Cooparfoll, y como folclorista en el área de tradición oral de la Orinoquia fue invitada especial en el 2009, a principios del 2000 fue la primera en diseñar réplicas o emulaciones artísticas del Obelisco, El Canoero y el Furruco que exhibía y regalaba a sus amigos en su «casa museo» del barrio Abel Rey, donde se tomaba tinto amargo mientras se escuchaba de parte de «doña Nohora» cientos de historias o narraciones del Llano o de Puerto López, esta promotora y gestora cultura fue invitada especial al conversatorio de la historia del joropo en los llanos Colombo-Venezolanos y sus narraciones han sido publicadas por escritores de la región.
Ha sido galardonada con distinciones como la otorgada por el Instituto de Turismo del Meta – Homenaje a la Heredad en el año 2009, en el mismo año el Instituto Municipal de Deporte, Recreación, Cultural y Turismo de Puerto López reconoce y enaltece su labor por su aporte a la cultura llanera. Igualmente, el concejo municipal de Puerto López ha honrado su nombre concediéndole reconocimiento especial por sus labores a favor de la cultura en varias ocasiones, hace poco la alcaldía de Puerto López -su pueblo adoptivo-, la reconoció como una de las impulsoras-cofundadora del festival de Colonias.
Participó como miembro fundador del festival gastronómico llanero en Villavicencio, donde obtuvo reconocimientos como la cocinera más criolla, fue madre reina de las colonias y en los reinados de la ganadería, turismo e internacional del café, posteriormente fue jurado y coordinadora de reinas en festivales locales. Participó en el joropódromo de Villavicencio con un grupo de adultos mayores, y en la versión del año 2011 participó como jurado. Es intérprete del furruco, un instrumento típico llanero y excelente jugadora de la zaranda, de igual forma, hace poco grabo el C.D. “Cosecha de Nohora Trigos” con veinticinco temas, de los cuales de manera excepcional interpreta seis, de música llanera en sus orígenes.
«Doña Nohora» reside desde hace varios años en Villavicencio, donde algunos de sus hijos, hermanos y algunos nietos, heredaron ese amor por la música llanera y el arte, algunos de ellos con vocación musical. Llega esporádicamente a Puerto López, con nostalgia comienza a hablar de su bello pueblo adoptivo y de su gente del ayer, pero también con su talante y carácter «autoritario maternal» y crítico que siempre la ha caracterizado, -reclama sentido de pertenencia» por cierto abandono cultural y folclorista, y sobre todo contra los mandatarios y trabajadores de cultura y folclor de turno, que se deben de preocupar por hacer de este pueblo un pueblo ejemplo de cultura y folclor. Hoy, con sus más de 80 años deja un legado, trabajo y memoria en este pueblo y la región del río Meta: «doña Nohora Trigos» como se conoció y la conocemos.
