LA NUEVA CONCIENCIA

EL ARCA DE NOÉ

Por: Apolinar Beltrán Villazón 

Una de las últimas «chalana» de madera que se observa en este pueblo.

 

Finalizando la época de 1980, era normal a orillas del río Metica (hoy canal), observar atracar, llegar y partir aproximadamente 200 botes: «chalanas», «piraguas» o «barcos de madera». Los cuales surcaban los ríos Meta, Manacacias, Ariporo, Orinoco y otros afluentes, iban y regresaban a pueblos como: Cravo, Rondón, Orocué, Puerto Carreño y otros. De partida de Puerto López, Meta, transportaban víveres, mercancías, verduras, sal, cerveza, abarrotes y demás, y de vuelta, regresaban con cerdos, ganado, pescado seco, pan coger, arroz, plátano y demás. 

 

Viajes que duraban más de un mes. Cuando los recorridos eran cortos y cerca al pueblo, transportaban: pan coger, plátano, yuca, maíz, cítricos y demás. Pues para esta época era del «minifundio» -la tierra estaba en manos de cientos de campesinos-. Todo este transporte feneció por los altos precios de combustibles, la construcción de carreteras y puentes, la «inseguridad fluvial», cobro de «vacunas o peajes» por diferentes grupos al margen de la ley, y pérdida de la tierra por los campesinos (fincas y vegas cerca a los ríos). 

Fueron cientos de familias que percibían sus ingresos y bienestar familiar alrededor de estas labores del río llamado «el gremio de los navegantes», y con ello, se acabó la profesión de astilleros de madera y «calafates» quienes en tiempo de verano arreglaban los barcos, era todo un sistema laboral económico y comercial que tenía que ver con los ríos de Puerto López. Ahora, son escasas: El Arca de Noé, es tal vez la última chalana o única que sobrevive como recuerdo y memoria de «chalanas» fabricadas en madera.