Parque central de Puerto López, época de 1980. No sabemos cuántos niños o niñas -jóvenes y viejos-, cuantas generaciones vivieron sus mejores momentos en este pintoresco parque, la imitación de un castillo en el centro del parque, rodeados de árboles, donde varios caminos pavimentados -daban la bienvenida-. Fueron cientos de niños y niñas que dejaban resbalar sus cuerpos en los improvisados «toboganes» del parque -en la mentalidad infantil-, e incontables fueron los moretones de muchos niños por andar creyendo que las cadenas que protegían el monumento eran «columpios». Un parque único en el país, donde miles de parejas llegaron a sus citas y se juraron amor para toda la vida, mientras descansaban en las inacabables «sillas de cemento» marcadas por la familia o empresa que las había obsequiado.