ESTÁN “ASESINANDO” EL EMBLEMÁTICO CAÑO BANDERAS
Por: Apolinar Beltrán Villazón




«Se siente una tristeza inmensa el ver como la naturaleza habla y el género humano no escucha».
-Víctor Hugo-
En Puerto López, Meta, hoy en pleno siglo XXI, cuando se está discutiendo la gravedad del calentamiento del planeta y como se está agotando el agua, en pleno sector rural-urbano del pueblo, cualquiera puede observar un dantesco y macabro paisaje: “aniquilamiento del majestuoso caño Banderas”, donde un hilo de agua contaminada recorre –aún-, como -lamento de gaviota herida-, tres barrios: Abel Rey, Santander, Policarpa y entrada al pueblo, son varios kilómetros.
Fue tan importante este caño en años anteriores, que antes de “imponerse” el nombre al caserío en 1937 (Puerto Alfonso López Pumarejo), la gente lo llamaba “Puerto Banderas”, el mismo afluente donde se bañó, pesco y disfruto más de una generación de colonos y puertolopenses. Algunos textos, cartografías y canciones citan su nombre, es inclusive limite urbano del pueblo, cantidad de proyectos, contratos, estudios y promesas politiqueras han estado plasmados y articulados en el lenguaje mentiroso de su recuperación ambiental y turística –cientos de politiqueros han gritado y casi llorado: ¡vamos a recuperar nuestro caño banderas! -.
Ese, que era un majestuoso humedal y caño, hoy, es un foco de contaminación con varias cloacas–vertimiento de aguas domésticas, residuales y servidas-, desforestación, desagüe de porquerizas, sedimentación, depósito de basuras y residuos sólidos, sitio preferido de consumidores de alucinógenos, existe una ocupación directa o intervención de su margen izquierda, para cualquier cronista, narrador o investigador social seria sinónimo de vergüenza ambiental, negligencia administrativa, miseria y corrupción.




En los últimos años, empeoro su existencia, la construcción de un muro de contención de varios kilómetros “impuesto”, por contratistas departamentales de turno, entre ellos, (EDESA) con complacencia de la autoridad municipal y ambiental de aquellos tiempos, dizque con la intención de contener la inundación de aguas del río Metica en tiempo de invierno, socavaron y arrasaron sitios de flora y fauna en este sector (margen izquierda), y de paso con un cacaraqueado contrato iban a lograr la reubicación de todas la familias que allí habitaban y construir el “prometido malecón”, en este tramo existe una ocupación –digna de lastima-, varias “casuchas” como muestra inocultable de la miseria que en los últimos años ha llegado, todo este espectáculo bordean y aniquilan su margen izquierda, en la derecha se observa contaminación quema, tala y ocupación por los propietarios del terreno, mientras sus cuencas o “cabecera”, están amenazadas por abandono y cierta deforestación.
Los puertolopenses no entienden la importancia de tener agua, oxigeno, no comprenden que es un ecosistema ambiental y el impacto irreversible al aniquilarse este “moribundo caño y humedal”, donde solo las tercas aves se niegan abandonar su refugio o sitio de paso, como: “paticos laguneros”, corocoras, loros, garzas, corocoras, “gallitos” y cientos de especies de nuestra fauna y flora nos están gritando y elevando una plegaria al horizonte: ¡hay que salvar nuestro caño Banderas!.
