¡NOS DIJERON!
Por: Apolinar Beltrán Villazón

Los politiqueros del Meta, hace más o menos treinta años, le dijeron y le prometieron al pueblo que, si votaban por ellos, a la mayoría le iría muy bien, que los menos favorecidos tendrían lo que se merecen. En todos los municipios se escuchaba la misma parla y retórica, los pobres gozarían de los derechos fundamentales y normativos. Hoy, la mayoría del pueblo no tiene o suplica: salud digna y humana, no tienen educación seria, pagan por unos servicios que son un negocio, no tienen un empleo digno y bien remunerado, la mayoría no tiene trabajo y sobreviven del rebusque, no tienen casa, no tienen seguridad social y menos pensional, no tienen calidad de vida, es decir, la mayoría de pobres y miserables de este departamento, no tienen futuro mientras siga administrado por corruptos y manipuladores de oficio.
Entonces, recuerdo uno de tantos párrafos del escritor y columnista colombiano William Ospina, que al parecer aduce a esos politiqueros corruptos y clientelistas y que reza: “Ellos son los que deciden, son los que mandan, son los que supuestamente saben; ellos son los que odian, y día tras día nos dicen a quién hay que odiar para que ellos puedan ser eternos”. “Hace setenta años utilizan la guerra para algo que no es mejorar el país. ¿Hoy qué pueden mostrar? Estamos sin agricultura, sin industria, sin trabajo, con una educación que no entiende lo que lee, con una salud de limosna, sin seguridad, sin futuro, en manos de una dirigencia que gasta todos los recursos en reelegirse, y que tiene el presupuesto lleno de venas rotas de corrupción por las que se va nuestra sangre”.
En medio de toda esta realidad inocultable y deprimente, que se observa en cualquier esquina, calle, entrada a hospital público, en colegios con niños y niñas hacinados con una educación pésima y de mala calidad, en pueblos donde se mendiga un empleo, donde se observa una dislocada desesperación social, laboral y ambiental, donde la gente mendiga un empleo. ¿Será́ posible que los pobres –que son la mayoría- se revelen y busquen una salida a quienes por siempre han querido tenerlos sometidos a sus intereses?, o seguiremos repitiendo la frase de siempre: en este país cada cuatro años a una minoría le va muy bien, mientras a una mayoría le va muy mal o peor. Amanecerá́ y veremos.
Columna escrita en febrero del 2016, hoy sigue más vigente que nunca.
