LA NUEVA CONCIENCIA

PRESUPUESTO NACIONAL 2026 ES DE CAMPAÑA ELECTORAL, NO DE CAMBIO

Por: David Mora*

*David Mora, economista, magíster Economía del Desarrollo Metropolitano y Regional, analista económico y docente universitario.

El Presupuesto Nacional de 2026 presentado por el Gobierno Petro, por $557 billones de pesos, tiene todos los males que se puedan imaginar. Está inflado, incrementa los gastos de funcionamiento y personal, disminuye la inversión real y lo peor, se financia con nueva y costosa deuda y más impuestos. Parece más para campaña electoral que para el necesario cambio nacional. Todo mal.  

Ingresos inflados

Para llegar al valor presupuestado, el Gobierno estima que sus ingresos totales para 2026 serán de $358,8 billones de pesos, lo cual no es creíble y no va a ocurrir. Entre otras tantas razones, porque los datos presentados son muy distantes de los datos del  MFMP de 2025 que presentó el Gobierno hace menos de un mes y medio. En estos se estimaba que los ingresos totales para 2025 serían de $309,3 billones y para 2026 de $350,7 billones. De un plumazo y sin sustento técnico, se asume que los ingresos crecerán cinco veces más que el crecimiento de la economía en su conjunto, el cual será inferior al 3%. ¡Ahí está la inflación de cifras!

Pero, ¿por qué inflar la proyección de ingresos del Presupuesto Nacional? Porque esta le resuelve al Gobierno dos problemas importantes. El político, porque le permite inflar la distribución sectorial del gasto que sabe no va a cumplir, pero que le quita la presión de sectores sociales y económicos que le protestarían por el evidente recorte de recursos. El segundo problema que le resuelve, es el de ejecución, ya que en el marco de un gasto inflexible, le facilita el margen para mover desembolsos a destajo según la “conveniencia” política del momento.

Mayor gasto de funcionamiento y de personal

La conveniencia política de 2026 es la electoral, la cual se refleja muy bien en la propuesta del Presupuesto Nacional. De los tres grandes tipos de gasto, el de funcionamiento es el que más crece, llegará a $366 billones siendo el más alto de la década con un incremento del 11,1%, $36,5 billones más que en 2025. Desde 2022 no para de crecer.

Lo más llamativo es que dentro de este, los gastos en personal y de transferencias son los que más crecen respecto a su promedio histórico. La asignación para personal se incrementará en $5 billones, un 8%, mientras las transferencias crecerán más de $30 billones, un 12,3%. Esto ocurre en los albores de la campaña electoral, en el gobierno que más contratos CPS ha tenido en la historia del país.

Menor inversión real

Al tiempo que crece la burocracia en el presupuesto nacional, se mantiene estancada la inversión pública. El único de los tres tipos de gasto que genera nueva riqueza y las bases del verdadero avance nacional.

Aunque la inversión pública en 2026 crecerá $4,8 billones, un 5,7% respecto a 2025, ubicándose en $88,8 billones de pesos, es tan sólo la mitad del incremento de los gastos de funcionamiento. Incluso, el valor total asignado es menor que el de 2023 por más de 2,8 billones cuando la asignación se ubicó en $91,6 billones.

Tan poco interés tiene el Gobierno Petro en la generación de nueva riqueza nacional, que la asignación de recursos de inversión en términos de su participación en el PIB crece a una tercera parte del promedio histórico de la última década. Para no ir tan lejos, mientras el gasto de inversión de 2022 representó el 5,7% del PIB, en 2026, en el gobierno del “cambio” será menor al 4,6% del PIB.

Pago histórico de intereses a la deuda

Como si fuera poco, el Gobierno Petro tiene el don de volver negativo todo aquello que podía ser positivo para la nación. Mientras disminuye la asignación del servicio de la deuda en $10 billones respecto a 2025, ubicándose en $102,4 billones para 2026, decide pagar el 70% de ese valor, $70,7 billones, en sólo intereses. Nunca antes un gobierno había pagado tanto del Presupuesto Nacional en intereses en vez de pagar al capital.

Los defensores del gobierno dirán, “eso no se puede cambiar, son compromisos que están en los contratos de crédito”. Olvidan de forma intencional que en los mismos contratos también es posible pagor a capital. Además de pasar por alto que el Gobierno Petro no es ejemplo de cumplir las normas, ya que teniendo la posibilidad de realizar la necesaria modificación de la regla fiscal, decidió incumplirla. Pero no para aumentar la inversión y generar mayor riqueza, sino para gastar más plata en funcionamiento como los contratos CPS.

Más deuda y más impuestos

Lo peor de todo es que para lograr cubrir la abultada y desproporcionada asignación de gasto total del presupuesto, el Gobierno Petro decidió endeudarse en más de $151 billones de pesos, $3 millones por colombiano. Un incremento del 18,4% respecto al nuevo endeudamiento que nos impuso en 2025. Ni los malos gobiernos anteriores se habían endeudado tanto.

En resumen, en el Presupuesto Nacional de 2026 tres de cada diez pesos de los ingresos provendrán de nueva deuda. Mientras que ocho de cada diez pesos del gasto se irán en funcionamiento e intereses de la deuda ¡Ahí están pintados!

La cereza del pastel es que adicional vienen más impuestos. La inflación de ingresos está acompañada de una nueva reforma tributaria por $26,2 billones de pesos, la más alta de la historia. Reforma que, de acuerdo con el MFMP de junio de 2025, el que incumplió la regla fiscal, tiene los ojos puestos en las exenciones del IVA, el consumo, los bares, los juegos de azar, el impuesto de renta entre otros.

Queda claro que en la composición del Presupuesto Nacional 2026 el Gobierno Petro, como en los presupuestos anteriores, no pensó en solucionar los problemas del pueblo colombiano que radican en la poca generación de riqueza, lo que a su vez se refleja en la falta de oportunidades, altas tasas de informalidad, empleos precarizados, bajos ingresos, enorme desigualdad y todos los demás problemas sociales que sufren la mayoría de compatriotas. El gobierno pensó fue en la campaña electoral, ni esto hubo cambio.